Europa ha perdido la memoria
La similitud de este tiempo de desatenci¨®n a los refugiados con lo sucedido en la Europa del siglo XX
El term¨®metro est¨¢ a punto de alcanzar los 20 grados bajo cero. En el limbo de los Balcanes, el a?o da la bienvenida a los refugiados que se han librado del infierno con una ola de fr¨ªo. La mayor¨ªa vienen de Siria, donde las temperaturas rara vez bajan de los 10 grados. Entre nieve y hielo, en el teatro europeo se interpretan distintos remakes de las im¨¢genes de la guerra de los Balcanes y la II Guerra Mundial. Solo cambian los protagonistas.
¡°Todos los europeos han sido refugiados en alg¨²n momento del siglo XX¡±, afirma Concha D¨ªaz-Berzosa, miembro del comit¨¦ ejecutivo de ¡®Amical de Mauthausen¡¯. Esta asociaci¨®n agrupa a los deportados espa?oles tras la Guerra Civil, a familiares y amigos de asesinados en los campos de concentraci¨®n del nazismo, y tambi¨¦n a supervivientes de los mismos. En efecto, la II Guerra Mundial dej¨® tras de s¨ª a una Europa desabrigada, refugiada y envuelta en una crisis humanitaria enorme. Pero la que se vive ahora ya puede compararse con aquella. Hoy, 24 personas huyen de su hogar cada minuto a causa de guerras, conflictos o persecuciones.
Un total de 34.000 personas al d¨ªa, seg¨²n los datos del informe anual de 2015 del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). A finales de ese a?o, 65,3 millones de personas hab¨ªan sido desplazadas forzosamente de hogares en todo el mundo, frente a los 59,5 de 2014. Uno de cada dos procede de Siria, Afganist¨¢n o Somalia. Y los datos de 2016 no mejoran. A finales del primer semestre se hab¨ªan producido 6,6 millones de desplazamientos, m¨¢s. Y las llegadas por mar a suelo europeo a finales de julio eran m¨¢s de 223.000. Adem¨¢s, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 4.699 personas han perdido la vida en su intento por alcanzar el Viejo Continente. El mar Mediterr¨¢neo se ha convertido en lugar donde convergen la esperanza y el horror.
¡°Esta crisis es perfectamente manejable si se afronta entre todos y se comparte la responsabilidad¡±
"La actual crisis de refugiados es perfectamente manejable si se afronta entre todos y se comparte la responsabilidad. Pero no, si se deja que sean dos o tres pa¨ªses los que asuman la mayor presi¨®n, o se traspasa el problema al vecino de al lado", opina Mar¨ªa Jes¨²s Vega, portavoz de Acnur en Espa?a. "Estamos ante un desplazamiento a nivel mundial sin precedentes, y para abordar toda la dimensi¨®n de este fen¨®meno hace falta un pacto global sobre refugiados, y que se cumplan los compromisos adoptados por 193 pa¨ªses en la Declaraci¨®n de Nueva York el pasado septiembre", agrega.
?Burocracia o principios de humanidad?
El 18 de marzo de 2016, los 28 Estados miembros de la Uni¨®n Europea y firmaron un acuerdo con Turqu¨ªa para devolver a este ¨²ltimo pa¨ªs a todo extranjero llegado de forma ilegal a las costas griegas. Como ¡®recompensa¡¯, la UE se comprometi¨® a admitir desde Turqu¨ªa a un n¨²mero de refugiados equivalente al de las expulsiones. Este convenio ha sido denunciado por CEAR (la comisi¨®n espa?ola de ayuda al refugiado) ante las instituciones comunitarias con el apoyo de m¨¢s de 300 organizaciones y las firmas de m¨¢s de 11.000 ciudadanos.
¡°?C¨®mo es posible que se nos haya olvidado el pasado? Acus¨¢bamos a las sociedades de entonces de mirar hacia otro lado y no hacer nada ante las deportaciones y ahora, ?no nos preguntemos qu¨¦ estamos haciendo nosotros en esta situaci¨®n?¡± se pregunta D¨ªaz-Berzosa. En su opini¨®n, las pol¨ªticas de los Estados europeos se basan en la burocracia en lugar de en principios de humanidad. ¡°Estas personas huyen de Europa por conflictos que ellos no han provocado¡±, subraya.
Conflictos como el de Siria, que ya ha dejado ¡ªseg¨²n el Observatorio Sirio de Derechos Humanos¡ª casi 400.000 muertes y m¨¢s de 12 millones de desplazamientos. Solo en 2015 se registr¨® un nuevo mill¨®n de refugiados sirios. En Afganist¨¢n se ha registrado un total de 2,7 millones de desplazamientos en 2015 y en de Somalia, m¨¢s de un mill¨®n. Despu¨¦s aparecen Sud¨¢n del Sur, Burundi y Ucrania.
El derecho de asilo y los nacionalismos, enfrentados
"Los refugiados no son un ente, no son solo n¨²meros, son seres humanos como cualquiera de nosotros, cuyos derechos se vulneran a diario, comenzando por el derecho a la vida", apostilla Mar¨ªa Jes¨²s Vega. El art¨ªculo 14 de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos establece que todas las personas tienen el derecho de buscar asilo en caso de persecuci¨®n, y de disfrutar de ¨¦l en cualquier pa¨ªs. "Si se respetara este derecho no seguir¨ªamos viendo c¨®mo se restringen las leyes de asilo, c¨®mo se endurecen los controles o c¨®mo se levantan m¨¢s muros y vallas", a?ade Vega.
En ese tiempo, la esperanza que despertaba Europa en los millones de personas que han tenido que huir de sus pa¨ªses de origen se ha deshecho. Rota, quiz¨¢, por el auge del nacionalismo. "Un concepto caduco que ha vuelto a las andadas", como lo define ?ngel Vi?as, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Complutense de Madrid y exdirector de la Comisi¨®n Europea para Asia y Am¨¦rica Latina.
Y es que, la Comunidad Econ¨®mica Europea (embri¨®n de la actual UE) naci¨® con el objetivo de evitar que los sentimientos nacionalistas llevaran a la confrontaci¨®n. Sin embargo, estas tendencias est¨¢n despertando a una derecha extrema azuzada por esta gran crisis humanitaria. ¡°Las pol¨ªticas preconizadas por Alemania, Holanda, Dinamarca, Austria y algunos otros pa¨ªses de la UE son, esencialmente, las responsables de la situaci¨®n con la que hoy nos encontramos¡±, sostiene Vi?as.
Adem¨¢s, la portavoz espa?ola de Acnur apunta directamente a Budapest. ¡°Es triste ver la reacci¨®n y el posicionamiento abiertamente antirrefugiados que est¨¢n adoptando pa¨ªses como Hungr¨ªa, cuando tras la revoluci¨®n h¨²ngara en 1956, decenas de miles de h¨²ngaros tuvieron que huir del pa¨ªs y fueron reasentados en otros pa¨ªses europeos en un tiempo r¨¦cord¡±, recuerda.
Europa: deportada, desplazada y refugiada
Espa?a fue la primera, a finales de los a?os treinta. Semanas antes del fin de la Guerra Civil, el gobierno franc¨¦s databa en 440.000 los refugiados espa?oles en su territorio. El trato fue vejatorio, el hacinamiento y la falta de higiene provocaron epidemias en los campos. Las condiciones de vida se endurecieron a¨²n m¨¢s con la llegada al poder del gobierno de Vichy. Fue M¨¦xico qui¨¦n m¨¢s se abri¨® para acoger espa?oles: hasta all¨ª llegaron unas 20.000 personas. Su aportaci¨®n a la sociedad mexicana fue considerada a?os m¨¢s tarde como una suerte para el pa¨ªs de acogida. Francia tambi¨¦n envi¨® refugiados espa?oles a Colombia, Cuba y Argentina. Y unos 3.000 ni?os fueron enviados a la Uni¨®n Sovi¨¦tica durante el conflicto civil.
Pero el ¨¦xodo que vino despu¨¦s fue masivo. Al terminar la II Guerra Mundial se calcula hab¨ªa ocho millones de desplazados en Europa, principalmente en Alemania. Hab¨ªa finalizado la guerra, pero no las migraciones. Muchos descendientes de alemanes fueron expulsados de los pa¨ªses en que viv¨ªan, y otros se encontraron fuera de su pa¨ªs tras el movimiento de las fronteras. En lugares como Serbia, Ucrania, Albania y Hungr¨ªa, las minor¨ªas ¨¦tnicas tuvieron que abandonar sus casas. Personas que hu¨ªan de la Europa comunista, jud¨ªos que marcharon a ocupar Palestina. El Mediterr¨¢neo se convirti¨®, como ahora, en el camino de salida. En lugar de las islas griegas, fue Chipre la que se convirti¨® en campo de detenci¨®n para 50.000 jud¨ªos que intentaban llegar a Palestina.
Los serbios saben especialmente bien lo que es ser desplazados, ya que tienen fresco el recuerdo de una guerra. Despu¨¦s de 15 a?os a¨²n hay compatriotas que tuvieron que abandonar Kosovo y viven en un campo de refugiados a las afueras de Belgrado En la capital de Serbia hay muchas personas an¨®nimas repartiendo bocadillos, agua... Son peque?as organizaciones que ofrecen su ayuda a los refugiados, en su mayor¨ªa sirios, pero tambi¨¦n iraqu¨ªes o afganos.
La familia Dewas, de Alepo (Siria), lleg¨® hasta este antiguo Estado yugoslavo a trav¨¦s de Bulgaria, porque atravesar el mar con los peque?os era muy peligroso. No piensan quedarse mucho, solo unas horas para descansar antes de reemprender el viaje hacia la siguiente frontera. Xalid era profesor de historia en la Universidad de su ciudad. Solo pudo ejercer un mes, porque la guerra desbarat¨® su contrato. La vida en Siria era insostenible, y consideraron que les merec¨ªa la pena el riesgo de cruzar Turqu¨ªa y media Europa. Su destino final es Berl¨ªn.
Son desplazados, refugiados... personas. Profesores, doctores, t¨¦cnicos inform¨¢ticos, sastres, el director de un canal de la televisi¨®n siria. Todo el que ha podido ha escapado del barco en llamas. Los que no tienen dinero se han quedado para llenar las morgues de un pa¨ªs destruido en una guerra cada vez m¨¢s sangrienta o para ser el objetivo de la metralla de un coche bomba que revienta en las calles de Bagdad, Peshawar o Kabul.
Timo es sirio y no entiende lo que le ha pasado a su vida. "Hace cinco a?os viv¨ªa en Dub¨¢i. Trabajaba en el aeropuerto y ten¨ªa todo lo que quer¨ªa. Pero regres¨¦ a Siria y empez¨® la guerra", recuerda con una sonrisa ir¨®nica que no se borra de su rostro. No quiere que le fotograf¨ªen en el estado en que se encuentra. Est¨¢ sucio, demacrado, sin afeitar, y dice que no se reconoce a s¨ª mismo. "Un taxi nos cobr¨® 100 euros por llevarnos a un hotel en el que nos aceptaran, a las afueras de Belgrado", recuerda. La habitaci¨®n les cost¨® otros 150 euros, pero "mereci¨® la pena dormir en una cama". Ahora sue?a con la siguiente ducha. Timo y su amigo, un actor conocido en Siria, esperan que les env¨ªen dinero desde su pa¨ªs para continuar el viaje, porque alguien les rob¨® la cartera en el campamento.
Los ¨²ltimos d¨ªas de 2016 trajeron a Espa?a a 198 refugiados. El pasado 11 de enero a 81 personas m¨¢s, y otras 55 el d¨ªa 23. En Gobierno de Rajoy se hab¨ªa comprometido con sus socios europeos a acoger a 17.000 persoans. Sin embargo, apenas acaba de superar el millar. Esto es, un 5% de lo pactado.
"Es evidente que, si se quiere, se puede. La sociedad espa?ola ha mostrado una gran solidaridad, las administraciones regionales y locales siguen ofreciendo su apoyo para participar en la acogida e integraci¨®n de refugiados y hay organizaciones con una amplia experiencia en asilo", afirma Vega, de Acnur. Pero no es solo Espa?a: la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos sigue sin cumplir las cuotas. A finales de septiembre solo se hab¨ªa reasentado al 3,5% de los refugiados.
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